domingo, 28 de febrero de 2010

«Nuestro deporte es de los más limpios del mundo»

Alejandro Blanco considera fundamental que los calendarios de la alta competición profesionalizada se racionalicen para evitar la sobrecarga del deportista

«Nuestro deporte es de los más limpios del mundo»
Es un gallego 'vallisoletanizado' que vive en Madrid. Alejandro Blanco Bravo (Orense, 1950) es desde más de cinco años el encargado de llevar las riendas del Comité Olímpico Español (COE). Un hombre del judo que nunca pensó en llegar a un puesto directivo de tanta importancia para el deporte español. Esta semana acudió a Valladolid a participar en la sesión anual de la Academia Olímpica Española, evento que ha tenido lugar en la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Allí ofreció una charla sobre los valores del deporte, valores cada día más necesarios en una sociedad como la actual.

-Ha venido a Valladolid a hablar de valores olímpicos. ¿No están desfasados en un deporte de élite totalmente mercantilista?-Creo que no, considero que los valores olímpicos están cada vez más presentes. Al final, lo que está demostrado es que no hay deportista sin que haya persona y no hay persona sin valores. A aquellos atletas que han abandonado los valores del deporte la misma sociedad los rechaza. Los valores cada vez están presentes en el deporte y también en la sociedad.

-¿El dopaje es el principal problema al que se enfrenta el deporte actual?
-Se trata de un gran problema. En España se está luchando de forma denodada para conseguir erradicarlo. El secretario de Estado, Jaime Lissavetzky, ha hecho un esfuerzo para luchar contra los que mercadean con la salud de los deportistas, los auténticos mercenarios del deporte. Creo que es muy importante eliminar el dopaje.

-¿Por qué el deporte español ha estado en este tema bajo sospecha? Cualquier éxito de nuestros atletas era puesto en tela de juicio con la sospecha del 'doping'.
-A muchos países, el cambio experimentado por el deporte español no les agrada mucho. Antes de los Juegos de Barcelona, nadie contaba nosotros. Después de esa cita olímpica, en muchas especialidades los españoles estaban en las primeras posiciones. En vez de preguntarse por la planificación y por cómo se han hecho las cosas, resulta más fácil criticar y, dentro de la crítica, referirse al dopaje. Nuestros deportistas hacen miles de controles 'antidoping' a lo largo del año y ahí están los resultados. Puede que uno de nuestros deportistas dé positivo, pero eso no da pie para inducir que el deporte español está viciado. Al contrario, nuestro deporte es uno de lo más limpios del mundo. No tengo ninguna duda de ello.

-El ciclismo español ha sido, sin duda, el más vituperado.
-El ciclismo en general, no sólo el español. Al de España le ha tocado la china por una serie de casos que están ahí.

-La archiconocida 'operación Puerto', por ejemplo.
-Ese caso en concreto nos ha hecho mucho daño. Pero también digo que existe gente interesada que eso siga ahí. Por ejemplo, se está persiguiendo a un auténtico deportista de élite como Alejandro Valverde. Se trata de un caso en el que no tiene nada que ver el TAS ni nadie, pues se trata del CONI (Comité Olímpico Italiano). Valverde pasa más de cien controles en un año y digo pocos. En cinco años, son quinientos. Nunca ha dado positivo. Vamos a hablar de cosas serias. Está claro que no toma sustancias prohibidas. Alejandro es como es. Nuestra obligación es defender al deportista. El día que dé positivo es cuando hay que sancionarle con la máxima dureza, pero mientras tanto defenderle.

-Luego saltan escándalos como el de Paquillo, uno de los iconos de nuestro atletismo.
-Paquillo ha hecho unas declaraciones dramáticas. Yo mantengo una gran relación con él y le tengo un gran cariño. Ha planteado un tema importante. Durante los seis años antes de los Juegos de Pekín, él no se había bajado del podio. Prepara la cita china con todo su esfuerzo. Era el máximo favorito al triunfo. Se prepara en Japón. En Pekín tiene un mal día y todos van a por él porque es el candidato número uno para ganar. Queda octavo y luego abandona en el Mundial. Ahora le han pillado en un caso de dopaje y él ha reconocido, porque es una bellísima persona y muy honesto, que tenía miedo a no ganar y que por eso se ha metido en este tema. Es una reflexión muy importante, porque en este momento Paquillo se olvida que el deporte está al servicio de la persona. Él y su entorno tienen que comprender que, con el soberbio palmarés con el que cuenta este atleta, no pasa nada por no ganar. Eso es lo importante.

-No hay cierto fariseísmo en esta sociedad. El mensaje no es 'dópate mientras no te pillen'.
-No, para nada. La sociedad del deporte demanda que no te dopes. Quizá a la otra sociedad, la que ve el espectáculo, no le importe, aunque hay a otros que sí. Lo que está claro es que si tú te preocupas por la persona, intentarás que no esté dopado.

-No somos una potencia en deportes de invierno y hay dos candidaturas españolas para los Juegos del 2022.
-Ojalá que sirva para que nuestros deportistas de las especialidades de hielo y nieve aumenten el nivel. Contamos con un nivel aceptable que no nos permite obtener medallas, pero que nos da la oportunidad de contar con un grupo de deportistas interesantes de cara al futuro. Lo que hay que hacer es invertir más para que consigan el éxito. Lo otro, que haya dos candidaturas, viene dentro de la dinámica que existe en España, pues somos el país del mundo que más eventos deportivos de primer nivel organiza y unos Juegos es la mayor expresión de esa organización. Por eso, no me extraña que haya dos candidaturas.

Saturación

-¿No sería mejor que sólo hubiera una?
-Depende. No tengo claro que eso fuese lo mejor. No pasa nada si hay dos o tres. Hay países que han presentado hasta seis candidaturas. Eso no es malo siempre y cuando el desarrollo organizativo vaya en paralelo a una mejora deportiva. Si nos preocupamos sólo de las infraestructuras y no de los deportistas, no tiene sentido esto. Si nos centramos tanto en deportistas como en infraestructuras, sí, y además por este orden.

-El COE va a tener que decidir entre las dos candidaturas españolas. Un toro que no sé si le gustará lidiar.
-Es mi responsabilidad y no pasa nada. A mí sólo me preocupa que las dos candidaturas sean buenas. Luego, la asamblea del COE será la que decidirá. Esta situación ya la ha vivido España cuando ha habido que decidir entre Sevilla y Madrid o Jaca y Granada, y no pasa absolutamente nada. Lo primero es que ambas candidaturas sean de calidad y luego la asamblea del COE ya decidirá cuál es la mejor.

-¿El fracaso de Madrid 2016 ha sido su peor momento al frente del COE?
-¿Fracaso? Discrepo completamente, no creo que haya sido un fracaso no ser la ciudad que organice los Juegos del 2016. ¿Qué pasaría si nosotros fuésemos Chicago? ¿Qué diríamos entonces? Competir con Chicago, Tokio o Río, ser la candidatura mejor valorada desde el punto de vista técnico y alcanzar la final es un buen resultado. Lo importante es ganar, vale, pero lo verdaderamente importante es competir para ganar. El éxito total sería ganar, pero no lo veo como un fracaso. De verdad que no, para nada.

-¿Hay alguna mano negra del COI detrás como apuntó alguna teoría conspirativa?
-No, para nada. Si miras la votación, había una especie de viento a favor para darle unos Juegos a una parte de un continente que no había tenido ninguno: América del Sur. La prueba está en que en la primera votación la candidatura más votada fue Madrid. En la primera votación, todos los miembros del COI apoyan a la ciudad que tienen en la mente, que es Madrid. A partir de ahí, cuando cae Chicago, todos los votos de la ciudad norteamericana van a parar a Río. Cuando cae Tokio, pasa lo mismo. Hay que recordar que Río tenía 26 votos en la primera votación, 46 en la segunda y 66 en la tercera. Ha habido un trasvase de votos porque existía la sensación de que los Juegos tenían que ir allí. Es muy difícil la existencia de una mano negra en un organismo como el COI. Nadie puede controlar eso.

-Han tratado en Vancouver la posibilidad de dar el visto bueno como disciplinas olímpicas al fueraborda, el críquet o la escalada deportiva. Al final va ser olímpico hasta el lanzamiento de azada.
-Creo que se trata de un debate bueno. Hay cosas que llaman la atención, pero si se aceptan y entran a ser reconocidos por el COI, nada tengo que decir al respecto.

-¿No hay demasiada saturación competitiva de los deportistas? ¿No se piensa mucho en el negocio y poco en el atleta al diseñar un calendario muy extenso?
-Es un verdadero problema. Al final, hablo de la alta competición profesionalizada, las ligas domésticas, las europeas y las mundiales provocan un cúmulo de partidos que exigen una reflexión al respecto. Si no se hace algo, al final terminamos destrozando a nuestros propios deportistas. Siempre recuerdo antes de Pekín, cuando se clasificó la selección de balonmano con Pastor al frente. Fue en París. Tras clasificarnos para Túnez, el equipo español estaba roto. Primero juegan la liga más fuerte, tiene competición continental con su equipo y además son internacionales por su país. Pues a las dos semanas tenían ya un partido de clasificación para el Mundial. Creo que es necesario racionalizar los calendarios, ya que nuestros deportistas pueden sufrir cada vez más lesiones. Hay que cuidarlos mucho, pues la base del deporte son los deportistas. Si no hay deportistas, tampoco hay deporte.

El yudo español

-Marisol Casado se ha convertido en la segunda española que entra en el COI.
-Era la presidenta de la Federación Europea de Triatlón y ahora de la Internacional. Su ingreso en el COI es un gran éxito, tanto para ella como para su deporte y España. Cuantos más miembros haya en el COI, mejor para todos.

-¿Cuántos españoles son ahora miembros del COI?
-Con voto dos, Juan Antonio Samaranch hijo y ahora Marisol Casado. Como presidente de honor está Juan Antonio Samaranch y también Pilar de Borbón, pero sólo dos con derecho a voto en la asamblea.

-¿Son poco o muchos?
-Son los que hay. No existe una norma fija. Hay países como Suiza, Italia o Alemania que cuentan con cinco miembros. Nosotros le pedimos al presidente Rogge una mayor representación, pero te encuentras que un país como China sólo tiene uno. ¿Cuál es le problema? Hay 115 puestos, existen 205 comités olímpicos y 33 federaciones internacionales, además de miles de deportistas olímpicos. Siempre es importante mantener la inquietud de que haya más miembros españoles, pero no es una elección. Al final elige una asamblea que vota la propuesta del presidente a través de una comisión. Cuando el presidente decida habrá uno y cuando quiera otro.

-No es un peligro lo de los deportistas exóticos en los Juegos. Hay está el caso del georgiano muerto en un accidente de luge.
-Aquí hay dos aspectos diferentes. El accidente del georgiano es trágico. Un chico de 21 años que se sale de la pista a 140 kilómetros por hora. Está claro que hay un fallo. En un momento determinado se habló de la pista y otros se refieren a un error en la conducción, pero el problema es que este chico acudía a competir en unos Juegos y se ha matado. Es algo trágico. El otro asunto, no. La universalidad de los Juegos dice que vamos a buscar que haya participación de todas las naciones. Hay países que por su calidad no tienen para ir, pero se les concede una plaza por esa universalidad. ¿Es justo? Creo que sí. ¿Resulta conveniente? Te diría que no. A unos Juegos Olímpicos deben acudir sólo los que se encuentra en condiciones de competir. No digo de ganar, sí de competir.

-Hablemos de su deporte, el yudo. No hay tanta cosecha de medallas como hace unos años, ¿por qué?
-Todos los deportes pasan por buenos momentos y otros no tanto. El yudo español no logró una medalla en competición internacional hasta 1989, cuando Miriam Blasco obtuvo un bronce en Belgrado. Luego vinieron los Mundiales de Barcelona y se ganaron un oro y una plata. Ya en los Juegos conseguimos dos oros. A partir de Barcelona arrancan los buenos resultados, que llegan hasta los Juegos de Atenas. Esa generación finaliza, la de Miriam Blasco e Isabel Fernández, gente que lo ha ganado absolutamente todo y llega el momento de la siguiente generación. El yudo tiene un problema: a todas las grandes competiciones sólo puede ir un representante por país. Así sucede que, cuando tienes un yudoca muy bueno, anulas dos generaciones. Si, como en el caso de Isabel, tienes una carrera de más diez años a un altísimo nivel, anulas a las siguientes generaciones. Entonces tienes que dar tiempo a que se forme otro grupo de gente buena, que estoy seguro que saldrá y que logrará de nuevo grandes resultados.

-Su mandato acaba en el 2013, ¿tiene pensado presentarse a la reelección?
-No es el momento de pensar en ello. Lo verdaderamente importante es el día a día. Cuando llegue el momento, como hice esta vez, reúno a los presidentes y hablamos. Si la opinión mayoritaria es que debo seguir y yo me encuentro bien, perfecto. Si la opinión mayoritaria cree que debo dar un paso atrás, también perfecto. En los puestos debes tener claro el día que entras y que también tendrás que marcharte. Ese momento lo puedes elegir tú, algo que yo he hecho en el judo y también en Castilla y León, o bien la gente te puede decir que es el momento de que otra persona tome el timón y no sucede absolutamente nada. Para decidirse a seguir hay que esperar a que llegue el momento y sobre todo ver cómo me encuentro yo de fuerzas y de ganas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu opinión. Siempre será valiosa para que sigamos creciendo. Sé claro y procura ser constructivo

Código de seguimiento